sábado, 8 de marzo de 2008

Un Cafe LiteArte

En tiempos muy lejanos (tenemos nuestra solera) viajamos a Irlanda. Fuimos a Dingle, un remoto pueblecito de la bellísima costa oeste y, guareciéndonos de la persistente lluvia (bondades del Oceáno), entramos en un establecimiento acogedor: “An cafe litearta”. Así, en gaélico. De ahí hemos plagiado sin contemplaciones pero con todo el cariño y entusiasmo la expresión. Sirva como homenaje. “An cafe litearta” era un local con un algo o un mucho de vetusto que le confería sabor y carácter. Nos compraron un par de botellas de una de las varias formas de arte: el vino, un par de Riojas que ayudaron a costearnos el viaje (ya hemos indicado que era en tiempos muy lejanos). Servían un té o un café con todo lo que eso conlleva, y comidas que nosotros no serviremos. Pero sin embargo carecían de la repostería y de la relación con la mitología que nosotros sí tendremos. Un café con literatura y arte, y con artesanía, música, gastronomía... caracteres que el Océano une y transforma en el etéreo momento del mito. Como el de un local irlandés que nos acogió e inspiró. La magia de un café ayuda al encuentro, a soñar en común, a debatir ideas, a compartir afinidades o desvelar diferencias, a relajar el diálogo. Creatividad, expresión, sensibilidad, al Occidente de Cantabria, al Occidente de Europa. En tiempos de La Oca en el Océano. En tierras de Oc.

Café, té, chocolate, repostería, delicatessen, libros, mitología, cultura, mapas, complementos, arte y artesanía, artículos típicos, música, regalos, cosucas, curiosidades… a orillas de la Fuentona de Ruente, en el mágico Valle de Cabuérniga, en la Cantabria infinita, en la Hispania eterna, en el Occidente donde la Madre Europa se encuentra con el Padre Océano.

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